SAQUEO
E INSEGURIDAD
JOEL
HURTADO RAMÓN
En Veracruz estamos viviendo
tiempos infernales, y créanme que no es una exageración, porque no solamente
hemos padecido el saqueo de las finanzas públicas, lo que mantiene al estado en
una situación, prácticamente, de quiebra técnica; también estamos viviendo el
infierno de la inseguridad que campea no solamente en una ciudad determinada sino
en toda nuestra entidad, algunos lugares
en mayor grado, otros en menor.
La periodista Anabel Ponce
en su libro “Los Señores del Narco” escribe que el crimen organizado no
existiría sin el apoyo de cómplices ubicados en la esfera gubernamental, de ahí
que a todas las ciudades y poblaciones se les conozcan, en el argot criminal,
como “plazas”, en donde siempre existe un jefe como parte de una siniestra
pirámide que se dedica a robar y matar mediante las múltiples formas que ellos
manejan muy bien, desde extorciones, secuestros, tráfico de personas, violaciones,
robos de vehículos, casas y comercios a los que vacían
llevándose todo lo que encuentran ; lo peor es que si se pone una denuncia los
responsables de perseguir este tipo de delitos se incomodan y aconsejan
olvidarse del problema porque las hechos ya no tienen remedio, y así podríamos
continuar hasta el infinito. Los especialistas en el tema dicen que todas las plazas tienen precio y son pagadas
millonariamente para poder delinquir bajo total impunidad, el caso de Iguala no
es el único y se replica por todo el país
con sus diversas variantes, y aquí no tiene parangón desde que llegó el desgobernador con licencia.
Se podría decir, un
poco en su descargo sin que lo
justifique, que todo este infierno comenzó en el sexenio anterior pero en este
ha llegado a situaciones inimaginables.
Los habitantes del estado
estamos aterrorizados, porque jugamos en una ruleta rusa involuntaria, en donde
no sabemos quién es el próximo de la lista ya que si antes solo se secuestraba
personas ricas ahora todos somos secuestrables y extorsionables, el caso de la joven de
Coatepec es solo un ejemplo ya que su familia es de escasos recursos y el padre
solo pudo reunir entre familiares y amigos 43 mil pesos terminando todo en su
asesinato.
El caso de los periodistas
asesinados es un asunto aparte, que nos llevaría muchas líneas, llevando a
Veracruz a los medios internacionales, dándonos un desprestigio
inconmensurable.
El gobierno federal tiene
mucha responsabilidad debido a la omisión en que incurrió durante todos estos
años.
En cuanto al problema
económico que flagela a todo el estado, afectándonos debido
al bajo circulante que existe por falta de obras, es la consecuencia de un
tremendo saqueo realizado no solo por el desgobernador prófugo, al que
esperemos encuentren pronto para acabar con la sospecha de que fue ayudado a
fugarse al más alto nivel.
Me ha llamado mucho la
atención de que todos los reflectores solo se han enfocado al personaje
mencionado y algunos de sus prestanombres, sin implicar y señalar a todos los
de su primer círculo, durante el tiempo que estuvo en su desgobierno, porque él solo no se llevó todo el dinero ya
que existen otros personajes que tienen nombre y apellido, a los cuales todos
conocemos, que hace años eran unos pobretones y que ahora gozan de inmensas
fortunas que los ha llevado a tener lujosas mansiones, yates y, tengo entendido, hasta aviones.
Algunos de estos pájaros de
cuenta tienen fuero porque intuían que en algún momento podrían ser llamados por
la PGR si se descubría lo que ahora está en todas los medios nacionales e internacionales;
por cierto me llamó mucho la atención que algunos de estos pillos estuvieron
presente en la reciente visita del presidente del Comité Ejecutivo Nacional del
PRI. No cabe duda que las complicidades están por todos lados debido a que el
cinismo y la desfachatez de los tiempos
han llegado a límites insospechados.
Hace algunos años en este
importante y tradicional medio, que es el “Diario de Xalapa”, se publicó a ocho
columnas una declaración del desgobernador Javier Duarte donde informaba
que dos importantes funcionarios de su gobierno le habían sido desleales o lo
habían traicionado, en realidad no recuerdo bien el texto, esos funcionarios
estuvieron un tiempo a la sombra esperando el momento oportuno para, como el
ave Fénix, resurgir de sus cenizas y uno de ellos fue postulado a una
diputación federal y el otro fue nombrado titular de una secretaria.
Ellos, como muchos otros,
habían ayudado al gobernador a saquear la dependencia a la que servían, porque
no creo que se hayan quedado con todo el dinero, y salieron por presiones federales, debido a que las
cosas, por llamarle de alguna forma, se habían salido de control por los malos
manejos que públicamente nunca se supieron cuales fueron.
Ese es un ejemplo obvio de
lo que ocurría en Veracruz y que no era ignorado por nadie en el estado, mucho
menos en la federación donde fueron totalmente omisos.
El desastre en Veracruz como
el de Quintana Roo, Chihuahua, Nuevo León, y los que se vayan acumulando, donde
el latrocinio no tiene antecedentes, es fácilmente explicable debido a que cuando el PRI era omnímodo el
gobierno federal cubría económicamente las campañas, en su mayor parte, pero a raíz de su derrota
fueron los gobiernos de los estados los
que engordaron el cochinito y por lo tanto, al triunfo, se sintieron con el
derecho de hacer lo que quisieran, sin que nadie les pusiera un límite a sus tropelías, pues no había la autoridad
moral para hacerlo, por lo tanto se hicieron de la vista gorda, ahora las
consecuencias están a la vista y la sociedad civil harta de tanta felonía por
su deslealtad y traición a los intereses del pueblo exige un ya basta.
El costo es grave para el partido
en el poder al cual le espera una debacle anunciada, mayor de la ya padecida, en las elecciones del 18, tanto
en Veracruz como en México, a menos que un milagro lo impida.
Otro si digo: cuando el PRI
era preponderante se decía que la responsabilidad
de un presidente terminaba cuando terminaba el gobierno del sucesor, eso se
puede aplicar al estado, el que tenga oídos que oiga el que tenga ojos que
vea.