EL
GRAN RETO PARA EL PRI: GANAR VERACRUZ.
Joel
Hurtado Ramón
Integrante
de la Corriente Crítica Democrática...
El resultado del proceso electoral realizado el 5 junio del
2016 fue una sorpresa para la
mayoría de los analistas políticos por el resultado nacional, sin embargo en
Veracruz la sorpresa fue mayor, porque en un final cerrado entre los tres contendientes
punteros el que venía en tercer lugar logró, en los números, rebasar a los
otros dos contendientes.
Miguel Ángel Yunes, de
acuerdo a las encuestas, se había quedado rezagado debido a todas las
acusaciones en su contra, incluyendo los papeles de Panamá, pero faltando una
semana para la votación logró, con una estrategia agresiva, remontar lo que
parecía un final desastroso.
En esa estrategia se
manejaron innumerables fotografías en donde el candidato priista aparecía junto
al titular del ejecutivo en situaciones de franca camaradería, lo que nunca se
les dijo a los enojados electores es que esas fotografías pertenecían a un
pasado no muy reciente, donde un senador y un gobernador del mismo partido
llevaban una relación de camaradería pero no de complicidad.
Para los que por vocación
periodística siempre estamos atentos al acontecer político sabíamos que, desde siempre, Héctor Yunes nunca fue el candidato del gobernador,
simplemente porque desde el sexenio de Fidel se toleraba pero no se aceptaba
nada que se apellidara Yunes, y el ejemplo más claro se dio en el de Duarte, con aquel hecho anecdótico de
la caña de pescar donde públicamente se humilló al después candidato
priista.
Dos veces di como un hecho,
y además quedó escrito, que el triunfador seria Héctor y el principal motivo de
mi osada afirmación era mi apuesta a las tres estructuras electorales con las
que supuestamente contaría; la suya, la
de Pepe y la del PRI.
Ahora, a una corta distancia
de tiempo, quienes se dedican al análisis político, han concluido que todas las
estructuras, incluyendo a los demás partidos, fueron rebasadas por la sociedad
civil.
Ni los mismos panistas ni
los perredistas creían lo que estaban viendo, no solo en Veracruz sino en el resto de la república mexicana,
aun cuando ahora afirmen lo contrario.
En nuestro estado la única
bandera que traían los panistas era capitalizar el enorme enojo que existía en los
veracruzanos, lo cual les dio resultado, por la misma guerra sucia de la que
tanto se quejaron al hacer aparecer al candidato priista como cómplice de
quienes causaron tal enojo.
Cuando renuncié al PRI en el
año de 1982, siendo Secretario de Profesionales y Técnicos de la CNOP estatal,
por no estar de acuerdo con muchas de las cosas que sucedían al interior de un partido omnímodo, fui
llamado por el licenciado Manuel
Carbonell, quien se encontraba apoyando en México a su otrora adversario
político Juan Maldonado en la transición hacia el gobierno de Miguel de la Madrid,
quizá con la intención de ayudarme, pero de entrada le dije mis desacuerdos
afirmándole que si se lograba recuperar lo que los funcionarios del tercero al
primer nivel se habían robado alcanzaría para pagar la deuda externa y nos
sobraría dinero, claro que la plática terminó ahí y yo me regresé a Xalapa.
Justo es reconocer que en
esa época había un poco de escrúpulos, los que ahora se han perdido por completo y el nepotismo existía pero un
poco disfrazado, con la llegada de Salinas la vergüenza se acabó y con el
acenso de los panistas el nepotismo se
fue a la cúspide, fundamentalmente porque los azules se mueven por clanes
familiares, entonces se conjugaron dos factores claves para que la corrupción
se disparara a niveles nunca antes conocidos, los hijitos de Marta son solo un
pequeño ejemplo, de ahí viene todo lo que ahora estamos viviendo y en donde
nadie puede lanzar la primera piedra y menos sacarlas de los ojos ajenos, debido a lo cual el panista Ricardo
Anaya no tiene ninguna autoridad moral para hablar en contra de la corrupción.
Lo cierto es que estas
elecciones sirvieron para que la sociedad civil se manifestara plenamente en
contra de gobiernos corruptos y negativos, que han dado como resultado saldos rojos en la administración pública,
tanto en la economía como en la inseguridad,
siendo los ganones los oportunistas morenos, quienes ya se quedaron con
los principales municipios del estado, incluyendo la capital del estado y ahora
con el apoyo de Obrador van por todo el pastel.
Tampoco se pueden echar las
campanas a vuelo por ninguno de los partidos triunfadores, y me refiero a todos,
ya que el PRI recuperó Oaxaca y Coahuila, pues los estados no están
escriturados, sobre todo donde hay gobiernos de dos.
En Veracruz, por ejemplo, el
reto es enorme por la economía y la inseguridad, y la sociedad civil ya no espera
un milagro de quienes gobiernan este bienio,
para esto la mesura, prudencia y sensatez tendrán que ir de la mano, ya que fue
una elección a tercios y para ganarse los otros dos tercios no basta con meter a la carcel a quien tenga que ir a
la carcel, si los delitos de que les
acusan les son probados, el pueblo lo que quiere,
además de justicia, es una administración honesta, firme y segura que haga de
nuestro estado un lugar prospero sin miedo ni temor, cosa que no sucede y sí,
cada vez es mayor el desempleo y el terror .
En cuanto a la cúpula
PAN-PRD, liderada en ese entonces por Obrador , es necesario recordarles que no
todas sus alianzas han dado los resultados apetecidos, basta con traer a
colación al estado de Guerrero, donde los
gobiernos, que ellos llevaron al poder, estatal y municipal, fueron los causantes del crimen de lesa
humanidad ocurrido en Iguala en contra de los estudiantes de Ayotzinapa, crimen
del cual ellos se lavaron las manos, pasándoles la factura al gobierno federal para
complicarle la vida a Peña Nieto quien ya no siente lo duro sino lo tupido, porque
la elección la ganó a tercios y sus enemigos son dos a uno.
Ahora, a un año y meses del
desaguisado parece que la historia se vuelve a repetir, nada más que corregida
y aumentada, por los errores que en el partido se siguen cometiendo, y porque
los mismos que llevaron a la derrota a Héctor Yunes se
niegan a desalojar el barco hundido
junto a los primerizos que acaban de llegar , y que por inexperiencia no saben qué hacer, excepto los de viagra
veracruzana que como ratas salieron corriendo hacia el PAN con el cuento de que
en el tricolor ya no los tomaban en cuenta, nunca se había visto tanta desfachatez,
quedando de ese grupo al interior del
tricolor, los que aún siguen pegador al presupuesto.
Todos están con el agua
hasta el cuello pero la renuncia ¡¡¡jamás!!! Lo que preocupa es la complacencia
de quienes parecen observar la tormenta y no hincarse, quizá porque su
confianza es ilimitada, pero ¿sustentada en que?...