Es desigual pero es normal, ¡no se preocupe!: La “nueva normalidad” aparece como un eufemismo perturbador. Y es que, por un lado, es aterrador pensar que lo que viene será normal en el sentido de una experiencia de lo habitual y establecido y, por otro, que el adjetivo “nueva” implica que antes había una vieja normalidad, la cual era, a pesar de, o precisamente por, su escandalosa normalización, igualmente perturbadora
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