2017:
UN AÑO IMPREDECIBLE
Joel
Hurtado Ramón
El año que comienza es un
año de incertidumbres, más allá de lo
que normalmente se presiente cuando comienza un nuevo ciclo anual, debido,
sobre todo, a la toma de posesión de Donald Trump, el 20 de enero, como
presidente del decadente imperio que él quiere hacer resurgir a costa de una
serie de medidas nada alentadoras para México y el mundo.
A nuestro país lo tiene
amenazado con regresar a miles de inmigrantes que se encuentran trabajando en
su nación y además construir un muro para preservar sus fronteras de toda
entrada ilegal.
También tiene proyectado
hacer una revisión de los diferentes tratados económicos que tenemos firmado
para anular unos y corregir otros de acuerdo a sus interese personales.
Al mundo le ha anunciado que
no permitirá más inmigrantes musulmanes
debido al peligro que, de acuerdo a su dicho, constituyen para los Estados
Unidos.
Pero el peligro mayor lo
constituye su decisión de volver a rearmar todo su arsenal nuclear, dando inicio a una nueva carrera armamentista
con impredecibles consecuencias para todos.
Otro de sus controvertibles
anuncios es reconocer a Jerusalén como
capital de Israel haciendo más
conflictiva la situación en Oriente
Medio.
Simon Fraser, jefe del Servicio Diplomático de
Reino Unido de 2010 a 2015 ha declarado a medios internacionales que "La
era de la post Guerra Fría de la globalización liderada por Occidente, el
predominio de Estados Unidos y el cómodo avance de los valores liberales
internacionales ha terminado"
Añadiendo que si el
presidente electo cumple varias promesas de su campaña, entonces "estamos
entrando en un período de dura y poderosa política exterior: más transaccional,
más conflictiva, impulsada por el poder y el interés nacional, en lugar de valores
o un concepto de comunidad internacional",
Lo cierto es que Trump
viene, si hace todo lo que dice, a poner al mundo al revés con sus polémicas
posturas.
Aún recuerdo que cuando se
firmó el tratado de libre comercio la “izquierda” escandalosa de este país
decía que estábamos vendiendo al país
con ese tratado y Trump afirma lo contrario, lo mismo que ahora se hace con las
reformas estructurales.
Con un nacionalismo ramplón,
ya pasado de moda, el presidente electo del imperio decadente quiere volver a
poner a su país como estaba en el siglo pasado, cuando después de la caída del muro de Berlín y de la URSS se
hicieron del monopolio del mundo, sin embargo la vida no se detiene y la
historia continúa.
Lo que no previeron fue el
descomunal ascenso económico y político de China y la llegada al poder en
Rusia de un hombre como Putin, ambos
factores han sido decisivos para que la cara del mundo cambie.
Hasta ahora el imperio había
trazado la ruta a seguir pero eso ya no
se dará jamás.
La primera consideración
importante que podemos hacer es que la globalización planetaria actual no es,
en absoluto, ya que la primera forma de “globalización” que el mundo haya
experimentado , fue la formación de los imperios coloniales en los siglos
XVI-XVIII, la revolución industrial y la internacionalización del capital , la
propagación de la revolución francesa, las dos oleadas de la colonización : la
del imperio americano hispano portugués del siglo XIX, la aluvión comunista de
los años 50, la modernización acelerada y el auge económico de los años 60
La
segunda consideración que surge es que el nacionalismo es una forma de
globalización, que manifiesta una de las facetas de unificación planetario.
En tercer lugar podemos
señalar la doble cara de la globalización, como destructora y generadora de
identidades, que plantea preguntas sobre la verdadera naturaleza del fenómeno
con respecto a la generación de sentido
En resumen: a partir de la resurgencia y
vitalidad del fenómeno nacionalista en nuestros días, se encontró con el
fenómeno de la globalización.
Si el
presidente electo cumple varias promesas de su campaña, entonces "estamos
entrando en un período de dura y poderosa política exterior: más transaccional,
más conflictiva, impulsada por el poder y el interés nacional, en lugar de
valores o un concepto de comunidad internacional", sostiene Simon Fraser.
Probablemente habrá más
énfasis en los acuerdos bilaterales (entre dos Estados) en lugar de la
diplomacia multilateral, y eso podría dar la sensación de que las relaciones
internacionales regresaron a lo que fueron en el siglo XIX.
Porter argumenta que
"estamos yendo incómoda y desprevenidamente hacia lo que se consideraba
'normal' históricamente en la diplomacia, en la que competimos y colaboramos
con otras grandes potencias al mismo tiempo".
Pareciera que este sería el
caso con el nombramiento de un amigo de Putin como Secretario de Estado y el hecho de que Obama acusara a Rusia de
haber jaqueado algunos documentos secretos para favorecer al candidato republicano.
En cuanto a México lo único
que nos pudiera favorecer sería aquella
famosa visita que todo mundo criticó, y
esta fuera el parteaguas para un punto de partida favorable, si es cierto, como
se dice, que fue organizada por el yerno del hoy presidente electo y el entonces Secretario de Hacienda y
Crédito Público, ya falta poco para
saberlo.
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