AL
FILO DE LA HISTORIA
Joel
Hurtado Ramón
(Integrante
de la Corriente Crítica Democrática)
México es un país, como toda
Latinoamérica, joven,
con raíces profundamente antiguas
que supuestamente vienen desde los olmecas, pasando por los mayas, toltecas y
aztecas solo para mencionar las civilizaciones mesoamericanas más conocidas.
Cuando los españoles llegan
a lo que ahora es nuestro país encontraron un imperio aparentemente bonancible pero en realidad solo era el reflejo
de civilizaciones más
avanzadas que cumplieron su ciclo
y desaparecieron.
Todo en la vida se mide por
ciclos pues es así como los llamados humanos tratamos de ubicarnos en la
vastedad del universo, desde un microsegundo hasta un manvantara planetario compuesto de siete rondas, en el
hinduismo es lo equivalente a un “Día de Brahma” o Kalpa (4’320 millones de
años).
La historia de nuestro país
se puede clasificar de diversas maneras desde la conquista hasta el periodo
actual llamado institucional, incluyendo la independencia, la reforma y la
revolución.
De alguna manera México ha
sido influido por ideologías que no son propias, sino traídas,
fundamentalmente, del viejo continente, como es también el caso de los Estados Unidos que en
realidad viene a ser un trasplante de Europa en el continente americano, donde
el mestizaje, en un principio, brilló por su ausencia.
Sin embargo pareciera que las ideologías nos han abandonado
globalmente sustituyéndose por el más rapaz materialismo y oportunismo
político, creo que, debido a las circunstancias, es el momento de recuperar esos principios y
valores hasta ahora olvidados, cuando menos en Veracruz.
Los primeros luchadores por
la liberación del continente, incluyendo México, fueron inspirados por los enciclopedistas y otros
ideólogos de pensamientos avanzados;
muchos de ellos masones.
No es una casualidad que el
billete de un dólar esté marcado por símbolos esotéricos ya que los padres de
la patria de aquella nación eran masones, desde Washington hasta Benjamín
Franklin.
México, como escribimos
líneas arriba, tuvo, después de la independencia, el movimiento de reforma, que
fue realmente lo que consolidó la independencia liberándonos de la hegemonía de
la iglesia católica y fueron los conservadores quienes se opusieron trayéndonos
un príncipe europeo para convertirlo en emperador. Todo terminó en el Cerro de
las Campanas.
La dictadura de Porfirio
Díaz, habiendo traicionado sus principios liberales, fue combatida por los
hermanos Flores Magón y varias personalidades más terminado esta etapa con el exilio del
dictador a Francia.
Al finalizar este ciclo se
inicia la lucha por el poder entre los diversos caudillos surgidos del
movimiento armado, habiendo concluido el conflicto cuando en forma práctica y
conveniente para él, Plutarco Elías
Calles crea el Partido Nacional Revolucionario al cual Lázaro Cárdenas denomina
Partido de la Revolución Mexicana y posteriormente Miguel Alemán Valdés nombra
Partido Revolucionario Institucional, el actual PRI.
Mucha agua ha corrido desde
entonces pero lo cierto es que en la historia de este país, como casi en todo
el mundo, la lucha ha sido entre liberales y conservadores, más allá de los
calificativos que se le quiera dar a esos múltiples enfrentamientos de
corrientes opuestas.
Tanto en la independencia
como en la reforma y la revolución estas dos corrientes se han enfrentado
siempre, y aun cuando pareciera que en los tiempos actuales se han diluido, no
lo ha sido tanto porque el pensamiento
conservador ligado a los intereses eclesiásticos sigue bien representado por el
Partido de Acción Nacional, quien siempre quiso ganar políticamente, para sus
intereses, el estado de Veracruz, por todo lo que este representa en la memoria
histórica de nuestra nación.
Ganar Veracruz, para el PAN era la máxima prioridad, no
importa que para esto tuviera que coludirse con el mismo diablo. Ciertamente en
otros estados también ha ido en alianzas pero ninguna es tan importante como la
que se está dando en nuestro estado, al que consideran la joya de la corona y
que quieren retener a toda costa en el 2018.
Un ejemplo de que el panismo
es una corriente ultraderechista, y que no olvida, lo tenemos en una aparente
simpleza, el cambio de imagen en los billetes de quinientos pesos donde se quitó
la imagen del General Ignacio Zaragoza, vencedor de los invasores franceses,
que como todos sabemos fueron traídos por sus antepasados.
En los dos sexenios que
gobernaron los panistas la República, muchas calles que llevaban el nombre del
Benemérito fueron cambiadas y en ese periodo lograron introducir los restos de
su fundador a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Son detalles que demuestran
que los panistas tienen memoria histórica y que jamás olvidan al contrario de
los priistas que pareciera no importarle los antecedentes históricos que nos
han forjado, por eso escribí al inicio de esta colaboración que este es el
momento para que desde Veracruz se retomen esos valores y principios
aparentemente olvidados y digo aparentemente porque el pueblo siempre tiene
memoria y nunca olvida.
Veracruz pasa en estos
tiempos momentos muy difíciles en todos los sentidos, quizá como nunca antes había
sucedido, pero en vez de quejarnos y ponernos a llorar debemos de luchar
fuertemente contra la adversidad e impedir que esta situación se tome como una
bandera para convertir a nuestra entidad
en un botín histórico y material que nos lleve a una situación peor a la que
estamos padeciendo.
Al panismo, ahora, se les
une una corriente frenética y de locura, que siente que su mesiánico líder tiene la solución inmediata a todos los
problemas del país, con un atraso ancestral y que venimos arrastrando desde la
colonia.
Ese es el gran problema,
porque, aun cuando ha llenado la página de los periódicos con sus ocurrencias,
no sabremos el resultado hasta que no las ponga en práctica, de llegar al
poder, que esperamos no suceda, ya que este experimento le puede costar muy
caro al país debido a las circunstancias de la economía global que actualmente
domina.
Por ejemplo echar atrás las
reformas estructurales sería como pelear con todas las empresas extranjeras y
nacionales que le han apostado a ellas como las del petróleo o las de
comunicaciones por citar solo a las más mencionadas, o devolverle a los
sindicatos corruptos el rectorado de la educación que solo nos había dado
saldos negativos que no están a la altura de los tiempos actuales.
El Partido de la Revolución
Mexicana, ahora tan lastimado por sus ex gobernadores corruptos y funcionarios
superiores señalados de lo mismo, tiene
un doble reto, recomponerse al interior y tratar de influir en lo exterior, lo
cual es una tarea que no se puede llevar al unísono pero que ya no hay tiempo
para separar.
Es el momento de que todos
sus sectores den lo mejor de sí, pero unidos, y
trabajen por la candidatura de Pepe Yunes, con lo mejor de sus
integrantes porque siempre he pensado que no todo está podrido en Dinamarca, sin olvidarnos de la
sociedad civil, esa mayoría silenciosa, que a final de cuentas, es la que da el
triunfo o la derrota con su valioso voto.
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