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lunes, 14 de enero de 2019

¿ÁNGELES Y DEMONIOS? LA REALIDAD Joel Hurtado Ramón I


¿ÁNGELES Y DEMONIOS? LA REALIDAD
Joel Hurtado Ramón
I

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha luchado contra su peor enemigo: el hombre. El antiguo testamento nos habla del primer crimen, el de un hermano que mata a su propio hermano usando un instrumento que algunos lo equiparan a una quijada de burro, y lo mata por envidia y celos, envidia de no ser preferido por  Dios  y celos en cuanto a  que sus ofrendas no tenían la misma aceptación. Este hecho lo podemos tomar como un símbolo de lo que ha sido la vida del hombre en cuanto a la lucha contra si mismo. En el Bhagavad  Gita, otro libro sagrado, el tema principal es una batalla en donde se enfrentan familiares entre si en una lucha mortal. En las luchas sociales, a través de la historia, el objetivo principal es la lucha de un grupo de hombres que no tienen el poder contra otro grupo de hombres que si lo tienen, u otros y variados propósitos, los pretextos, y justificaciones, son diversos y múltiples. Carlos Marx los llamaba luchas de clases y los medios de producción el pretexto, aun cuando la cruda realidad dio al traste con su teoría, porque la ambición y el egoísmo humano han demostrado que son superiores a cualquier teoría. Lo mismo ha pasado con las teorías y predicas religiosas, todas han fracasado por los mismos motivos, y los principales actores son precisamente los que tienen la responsabilidad de aplicarlas. Tanto las teorías sociales como las religiosas padecen del mismo mal, porque el principal problema es el hombre en si. El hombre es la causa de que los imperios se encumbren pero también es la misma causa de que también se derrumben. Desde los más remotos tiempos hemos oído hablar o leído testimonios de cómo unas culturas han dominado de momento pero como a través de los años surgen otras que las sustituyen. Sumerios, hititas, babilonios, egipcios, cananeos, hebreos, mongoles, griegos, romanos y todos los que se les sumen, hasta llegar a las nuevas potencias y el principal imperio moderno que ya da señales de agotamiento y de fractura: los Estados Unidos de Norteamérica, solo resta saber cuantos años mas le hacen falta para la quiebra total; lo mas grave del asunto es que las señales actuales son mas peligrosas que las que dieron al traste con los imperios antiguos, porque todo indica un cataclismo total, tanto económico, político, social y natural en donde todos seremos arrastrados hasta   su consecución final. A todo esto podemos añadirle complots y conspiraciones que se manejan en libros y películas al por mayor. Pero, a final de cuentas, posiblemente  tengan un sustento real.
Vayamos un poco atrás. Si no nos atoramos con las culturas mas antepasadas, tanto que ya  forman parte del realismo fantástico como son la lemuriana, la hiperbórea y la Atlántida. Podríamos empezar  con la griega, cuyo mas grande conquistador fue Alejandro quien llegó en aquellos tiempos, donde el medio de trasporte mas veloz era el caballo, hasta los confines de la India, pasando por Egipto, donde se dio el lujo dejar en el trono a toda una estirpe conocida como los Ptolomeo, a la cual por cierto perteneció una de las mas poderosas y bellas reinas y que todos conocemos con el nombre de Cleopatra.
Los griegos no solamente dieron grandes guerreros sino también inmensos pensadores entre los cuales sobresalen Pitágoras, Platón y Aristóteles entre otros. A  los griegos los sustituyeron los romanos cuyo general mas legendario fue Julio Cesar, quien fue asesinado arteramente en una de las  conspiraciones más perversas, recordemos que la intriga es una de las aliadas más eficaces en la lucha por el poder. Pero igual que los griegos,  los romanos no solo dieron grandes generales sino también agudos pensadores entre los cuales sobresalen Séneca y Cicerón.


Después de los romanos ,fracturados por sus divisiones internas, llegan los pueblos conocidos como bárbaros que aprovecharon las debilidades del imperio para quedarse con sus despojos y además constituirse como culturas aparte, sin embargo hubo una aliada del imperio que logró consolidarse y prosperar en medio  del naufragio, esa aliada fue la iglesia católica que también se autocalificó como apostólica y romana, quizá para no olvidar que después de Cristo es el imperio el que le da la bendición de acuerdo a la famosa frase de que si no puedes contra tu enemigo únete a él y eso fue lo que hizo el emperador Constantino, legitimar la validez social de una nueva religión trescientos años después de la llegada del redentor. A partir de ahí la iglesia y el imperio fueron de la mano compartiendo honores y poderes como aliados, hasta que uno de los dos feneció. Mientras tanto la iglesia católica ampliamente fortalecida siguió caminando sola  hasta el grado de coronar reyes y emperadores por las poderosas manos del Papa. Sin embargo dos grandes enemigos se le atravesaron a la iglesia, uno fue el protestantismo con Martín Lutero a la cabeza  y otro fue el laicismo cuyo símbolo emblemático  fue la revolución francesa. Lo cierto es que a  la iglesia católica, viviendo tantos años al lado de monarcas y emperadores, se le olvidó por completo la famosa frase de Cristo “Dad al Cesar lo que es del Cesar y dad a Dios lo que es de Dios”. Esta historia continuará…

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