EL
SIMBOLISMO DE LA NAVIDAD
Joel
Hurtado Ramón
El solsticio de invierno
corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a
la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste. Dependiendo de la
correspondencia con el calendario, el evento del solsticio de invierno tiene lugar
entre el 20 y el 23 de diciembre todos los años en el hemisferio norte, y entre
el 20 y el 23 de junio en el hemisferio sur.
Las interpretaciones que las
diversas culturas dan al solsticio son variadas. La mayor parte de las culturas
de Asia oriental definen las estaciones en términos de energía solar, como el
festival Dong Zhi, pero hay festivales que se producen de acuerdo con los
calendarios lunares como el Hōku, ‘la luna llena más cercana al solsticio de
invierno’ en idioma hawaiano.
Incluso durante el periodo
neolítico, el solsticio fue en sí mismo un momento especial del ciclo anual del
año, como lo demuestra, por ejemplo, Stonehenge en Gran Bretaña, que parece
haber sido cuidadosamente alineados para apuntar la puesta del sol del
solsticio de invierno.
No es de extrañar, ya que en
este periodo las comunidades iban a ser privadas
de muchas cosas durante el invierno, y tenían que estar preparados en los
últimos nueve meses. El hambre y la hambruna eran comunes en invierno, entre
enero y abril. Además, en los climas templados, el festival de pleno invierno
era la última fiesta de celebración antes de esta estación: la mayoría de los
animales eran sacrificados para no tener que alimentarlos durante el invierno,
por lo que prácticamente era el único momento del año para el suministro de
carne fresca disponible, y el vino y la cerveza estaban listos para beber (y si
la uva era sobrante, se utilizaba para la nochevieja). Así, de manera
simbólica, se ha celebrado como una oportunidad a nuevos comienzo e incluso el
renacimiento de los dioses solares.
Desde la antigüedad, la
llegada de los solsticios ha sido acompañada de diversos festejos y rituales.
El solsticio de junio se celebra en la costa de España con las Hogueras de San
Juan, un rito donde, al encender una hoguera, se trata de dar más fuerza al
Sol, que comienza a hacerse más débil en el hemisferio norte a partir de ese
momento.
De igual forma, el solsticio
de diciembre se festeja en el hemisferio norte como el regreso del Sol, ya que,
a partir de ese momento, los días comienzan a alargarse. Existe un simbolismo
donde se asocia el Sol con el renacimiento y la esperanza. Por eso, hay quienes
dicen que los cristianos fijaron la natividad de Jesucristo en diciembre como
un símbolo de la llegada de una nueva luz al mundo. Por otra parte, la Navidad
intentaría opacar las festividades paganas que existían desde hacía ya mucho
tiempo.
No todos los festejos que se realizan durante
los solsticios han sido oficializados; estos dos momentos del año están relacionados
con un sinfín de creencias, que los convierten en choques entre la realidad y
la magia. Por otro lado, estos puntos en los cuales la duración del día y la
noche se ven afectadas, también han captado la atención de la ciencia. Veamos a
continuación algunas curiosidades:
* Mucha gente cree
fervientemente que mientras tiene lugar el solsticio de verano se abre un
portal que permite a seres propios de la mitología, como son los espíritus y
las hadas, ingresen en nuestro mundo;
* La geología ha investigado
extensamente los solsticios y ha llegado a concluido en que estos fenómenos se
dan en nuestro planeta desde hace más de cuatro mil cuatrocientos millones de
años;
* Entre las ceremonias que
se realizan durante el solsticio, existen algunas que tienen como objetivo
invocar a fuerzas sobrenaturales para que concedan ciertos deseos y eliminen la
negatividad del mundo;
* El conocido monumento
Stonehenge, en Inglaterra, ve a casi cuarenta mil personas reunidas cada año
para festejar el solsticio.
El Solsticio de Invierno, en forma metafísica
representa el triunfo de la luz sobre la oscuridad, el renacer a una nueva
vida, el inicio de una nueva etapa.
En tal sentido el Solsticio de Invierno
alcanza una relevancia superlativa; en su singularidad más importante que
cualquier otra fecha. Es el tiempo de lo que los romanos denominaron “el Sol
Invicto.” Tras meses de menguar el tiempo de luz solar cotidiana, cuando todo
hace presuponer – tanto en lo simbólico como en lo real – que las Tinieblas
prevalecerán sobre la Luz , ésta vence y a partir del día del Solsticio de
Invierno cada jornada tendrá un minuto más de claridad hasta que llegue la
mengua, como ocurre en todo ciclo.
En la cultura celta, la
festividad del solsticio de invierno recibía el nombre de Yule. El Yule designa
el momento en que la rueda del año está en su momento más bajo, preparada para
subir de nuevo.
En Escandinavia existía la
tradición de celebrar el Yule con bailes y fiestas. También se sacrificaba un
cerdo en honor de Frey, dios del amor y la fertilidad, que según la creencia
controlaba el tiempo y la lluvia.
El solsticio de invierno, era muy celebrado en
el mundo prehispánico, con festejos y danzas religiosas que duraban varios
días. A la llegada de los religiosos europeos estas celebraciones se
sustituyeron por las festividades de las posadas,
El nacimiento de Cristo y
las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Su mayor trascendencia puede deberse
también a su cercanía el principio del año indígena que se efectuaba en
febrero, y la celebración del dios Huitzilopochtli. La diferencia en cuanto a
la importancia social y religiosa de estos acontecimientos solares pueden
deberse a razones climatológicas ya que el solsticio de junio ocurre cuando hay
mayor nubosidad. Además, por la posición sur del sol en diciembre, su salida o
puesta se verifica en varios templos religiosos prehispánicos y en la posición
de muchos de los volcanes en México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario