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lunes, 25 de diciembre de 2017

EL SIMBOLISMO DE LA NAVIDAD Joel Hurtado Ramón

EL SIMBOLISMO DE LA NAVIDAD
Joel Hurtado Ramón
El solsticio de invierno corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste. Dependiendo de la correspondencia con el calendario, el evento del solsticio de invierno tiene lugar entre el 20 y el 23 de diciembre todos los años en el hemisferio norte, y entre el 20 y el 23 de junio en el hemisferio sur.
Las interpretaciones que las diversas culturas dan al solsticio son variadas. La mayor parte de las culturas de Asia oriental definen las estaciones en términos de energía solar, como el festival Dong Zhi, pero hay festivales que se producen de acuerdo con los calendarios lunares como el Hōku, ‘la luna llena más cercana al solsticio de invierno’ en idioma hawaiano.
Incluso durante el periodo neolítico, el solsticio fue en sí mismo un momento especial del ciclo anual del año, como lo demuestra, por ejemplo, Stonehenge en Gran Bretaña, que parece haber sido cuidadosamente alineados para apuntar la puesta del sol del solsticio de invierno.
No es de extrañar, ya que en este periodo las comunidades iban a ser  privadas de muchas cosas durante el invierno, y tenían que estar preparados en los últimos nueve meses. El hambre y la hambruna eran comunes en invierno, entre enero y abril. Además, en los climas templados, el festival de pleno invierno era la última fiesta de celebración antes de esta estación: la mayoría de los animales eran sacrificados para no tener que alimentarlos durante el invierno, por lo que prácticamente era el único momento del año para el suministro de carne fresca disponible, y el vino y la cerveza estaban listos para beber (y si la uva era sobrante, se utilizaba para la nochevieja). Así, de manera simbólica, se ha celebrado como una oportunidad a nuevos comienzo e incluso el renacimiento de los dioses solares.
Desde la antigüedad, la llegada de los solsticios ha sido acompañada de diversos festejos y rituales. El solsticio de junio se celebra en la costa de España con las Hogueras de San Juan, un rito donde, al encender una hoguera, se trata de dar más fuerza al Sol, que comienza a hacerse más débil en el hemisferio norte a partir de ese momento.
De igual forma, el solsticio de diciembre se festeja en el hemisferio norte como el regreso del Sol, ya que, a partir de ese momento, los días comienzan a alargarse. Existe un simbolismo donde se asocia el Sol con el renacimiento y la esperanza. Por eso, hay quienes dicen que los cristianos fijaron la natividad de Jesucristo en diciembre como un símbolo de la llegada de una nueva luz al mundo. Por otra parte, la Navidad intentaría opacar las festividades paganas que existían desde hacía ya mucho tiempo.
  No todos los festejos que se realizan durante los solsticios han sido oficializados; estos dos momentos del año están relacionados con un sinfín de creencias, que los convierten en choques entre la realidad y la magia. Por otro lado, estos puntos en los cuales la duración del día y la noche se ven afectadas, también han captado la atención de la ciencia. Veamos a continuación algunas curiosidades:

* Mucha gente cree fervientemente que mientras tiene lugar el solsticio de verano se abre un portal que permite a seres propios de la mitología, como son los espíritus y las hadas, ingresen en nuestro mundo;
* La geología ha investigado extensamente los solsticios y ha llegado a concluido en que estos fenómenos se dan en nuestro planeta desde hace más de cuatro mil cuatrocientos millones de años;
* Entre las ceremonias que se realizan durante el solsticio, existen algunas que tienen como objetivo invocar a fuerzas sobrenaturales para que concedan ciertos deseos y eliminen la negatividad del mundo;
* El conocido monumento Stonehenge, en Inglaterra, ve a casi cuarenta mil personas reunidas cada año para festejar el solsticio.
 El Solsticio de Invierno, en forma metafísica representa el triunfo de la luz sobre la oscuridad, el renacer a una nueva vida, el inicio de una nueva etapa.
 En tal sentido el Solsticio de Invierno alcanza una relevancia superlativa; en su singularidad más importante que cualquier otra fecha. Es el tiempo de lo que los romanos denominaron “el Sol Invicto.” Tras meses de menguar el tiempo de luz solar cotidiana, cuando todo hace presuponer – tanto en lo simbólico como en lo real – que las Tinieblas prevalecerán sobre la Luz , ésta vence y a partir del día del Solsticio de Invierno cada jornada tendrá un minuto más de claridad hasta que llegue la mengua, como ocurre en todo ciclo.
En la cultura celta, la festividad del solsticio de invierno recibía el nombre de Yule. El Yule designa el momento en que la rueda del año está en su momento más bajo, preparada para subir de nuevo.
En Escandinavia existía la tradición de celebrar el Yule con bailes y fiestas. También se sacrificaba un cerdo en honor de Frey, dios del amor y la fertilidad, que según la creencia controlaba el tiempo y la lluvia.
 El solsticio de invierno, era muy celebrado en el mundo prehispánico, con festejos y danzas religiosas que duraban varios días. A la llegada de los religiosos europeos estas celebraciones se sustituyeron por las festividades de las posadas,

El nacimiento de Cristo y las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Su mayor trascendencia puede deberse también a su cercanía el principio del año indígena que se efectuaba en febrero, y la celebración del dios Huitzilopochtli. La diferencia en cuanto a la importancia social y religiosa de estos acontecimientos solares pueden deberse a razones climatológicas ya que el solsticio de junio ocurre cuando hay mayor nubosidad. Además, por la posición sur del sol en diciembre, su salida o puesta se verifica en varios templos religiosos prehispánicos y en la posición de muchos de los volcanes en México.

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